Carmen Argibay. In memoriam. Una gran luchadora por la igualdad de géneros. En el jardín de los cementerios, las flores inclinadas, doblegándose de belleza en gesto de reciprocidad.
¿Valió la pena mi vida?, parafrasea Cherríe Moraga en "La güera" el título del libro de Alix Kates Shulman, uno de los ensayos que compone esa gran antología de mujeres de color, "Esta puente mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos". Este es un fragmento de la vida de una gran mujer que estudió en la UBA donde dictó clases hasta el golpe cívico-militar de 1976 convirtiéndose en presa política y exiliada. Regresó en democracia y fue designada jueza en 1984 con una carrera internacional destacada. Fundó la Asociación Internacional de Mujeres Juezas, y su homóloga en Argentina. Participó de hechos históricos, como las violaciones a mujeres por los soldados en la Segunda Guerra Mundial y en los crímenes de guerra de la ex-Yugoslavia como jueza del Tribunal Criminal Internacional. En 2004, el presidente Néstor Kirchner la propone como Ministra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, siendo la primer mujer en ocupar el máximo tribunal. Promovió, entre otras, la Oficina de Violencia Doméstica. Recuerdo haberla escuchado en la apertura de la I Jornada Internacional “El Campo Algodonero”, en la Corte de Justicia de Buenos Aires el 29 de septiembre de 2011, sobre las mujeres muertas en Juárez, y comprometiéndonos en esa lucha.
karina Bidaseca
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